Hoy me siento a escribir para mi, a partir de la idea de que la vida es una sucesión de hechos catastróficos que solo tienden a llevarnos al fracaso. Acaso la vida se empecina en que suframos…mmm, aún no lo sé, pero voy a intentar descifrarlo.
Hoy me encuentro sentado en el living de la casa de mis padres (aquí siempre se le llamó salón a este recinto), así que sentado en el salón en un sillón estilo vienés pero moderno, me encuentro plácidamente “hechado” siguiendo lo que escupe mi cabeza.
SI, es por una chica. SI SI, es así. No cualquier chica. Sino “la” chica. Y SI, me abandonó. Típica historia de amor frustrado dirá ustedes. Y realmente puede ser… aun no ha pasado el tiempo suficiente como para saberlo. Sin embargo mientras me mantenía activo intentando hacer… CUALQUIER COSA, como por ejemplo instalar una lámpara en el comedor de su casa (la casa de mis padres) se me ocurrió esta loca idea. Y allí nomas deje lámpara funcionando y me vine a escribir a ver que salía de aquí adentro (esa sería mi cabeza… y este es un viejo truco para hacer catarsis que tengo).
Una vez un filósofo contemporáneo dijo “la vida es eso que se nos pasa mientras intentamos concretar nuestros planes” y yo no soy quien para contradecirlo (para quien no lo sabe fue John Lennon quien lo dijo). Pero volviendo al tema que me compete, la vida como una sucesión de fracasos, creo estar en la via correcta de pensamiento.
Primero y antes que nada, ¿que es fracasar? Según la RAE es privar a alguien de lo que esperaba. Y si esperábamos algo y no se dio, entonces es un fracaso. Ahora, sabiendo que no nacemos sabiendo (valga la redundancia) lejos podemos estar de esperar que pase algo de un cierto modo, en un futuro incierto, sobre una cuestión que desconocemos. Y aquí es donde interviene la creencia de que tenemos control.
Control de los hechos, de las situaciones, de las personas. Control del presente, del futuro, del pasado. Control del tiempo.
Si alguno se encuentra familiarizado con la teoría del caos, se dará cuenta la CANTIDAD astronómica de variables incontrolables que nos afectan continuamente. Básicamente esta teoría dice que el aleteo de una mariposa en Japón, produce un tornado en Texas. Osea, no tenemos la más remota idea que coños es lo que nos puede llegar a afectar una determinada decisión que tomemos. Y si no tenemos idea que nos puede llegar a afectar y como, menos podemos pretender dominar una situación y llegar a controlarla una vez que las fuerzas interactuaron.
Por si les queda alguna duda, la entropía dice que todos los sistemas tienden al caos. Es decir, nosotros, nuestra sociedad, todo el mundo, absolutamente todo (ver teoría general de sistemas) tiende al caos. El desorden natural de las cosas.
Entonces, volviendo a la cuestión del fracaso, me resulta al menos interesante ver e intentar entender que por ahí fracasar, no es tan fracasar. Sino que se convierte en un forzoso aprendizaje (por supuesto que nadie quiere fracasar por el mero hecho de aprender, de ahí que sea forzoso) que nos puede ayudar a tomar otro tipo de decisiones…. O no.
El fracaso nos hace sufrir… indiscutidamente. Queríamos algo, no lo logramos, entonces fracasamos. Y sufrimos porque creímos que lo íbamos a lograr, y no lo logramos. Entonces no solo no llegamos a la meta, sino que también tenemos que soportarnos a nosotros mismos por no haber llegado. ¿Justo? Ya lo creo que no, pero el dicho popular dice que la vida no es justa. ¿Necesario? ABSOLUTAMENTE.
Como vas a aprender si no te equivocas. Como vas a amar, si no pudiste sufrir. Como vas a entender, si no pudiste captar.
Como dice una buena película que deja buenas enseñanzas (al menos a mi) “no podes apreciar una rosa, si nunca te pinchaste con sus espinas”, o algo por el estilo (Vanilla Sky). Pues bien, deberíamos capitalizar nuestras experiencias diarias de la vida. Y me refiero a TODAS las experiencias. Una sonrisa en el momento menos esperado (y oportuno), puede cambiarnos la mañana. Una noticia puede cambiarnos la semana (para bien o para mal), pero hay muchas cosas que uno no puede controlar, y las que si puede a veces uno decide mal, y allí reside la magia de la vida. Fracasar, caer, aprender, rearmarse, levantarse e intentarlo de nuevo.
Capitalicemos experiencias, aprendamos a perdonar. Todo en esta vida es reversible, salvo la muerte, y todos tenemos derecho a equivocarnos (y creo que no deberíamos negarnos a la equivocación), a replantearnos, a aprender, y avanzar nuevamente.
Distamos de ser perfectos, y es allí donde reside nuestra magia. Somos seres vivos, cambiantes, alegres y malhumorados, amantes y esclavos. Somos todo y no somos nada. Somos la fragilidad en persona, y aún así nos animamos a más.
¿Porque seguimos cuando nos hemos devastado? Porque no se sabe… simplemente porque no se sabe. Hay tanto que puede salir bien, y hay aun mas cosas que pueden salir mal. Pero no se sabe…
Yo, prefiero seguir equivocándome. E intentándolo. A lo mejor, como dice Juan Carlos Baglietto… a lo mejor resulta bien…
La vida es una sucesión de fracasos… ¿y no vale la pena fracasar?
I$@β€₤inØ™
Intentar aclarar, enriquecer, embelezar estas palabras solo seria desproveerlas de la magia que lleva lo espontaneo.
ResponderEliminarAl brillar un relámpago nacemos
y aún dura su fulgor cuando morimos;
tan corto es el vivir.
La Gloria y el Amor tras que corremos
sombras de un sueño son que perseguimos;
despertar es morir.
G.A.B.
Atte. El Hombre de Traje Gris